Guatemala, 20 nov (PL) Después de la quinta erupción del volcán de Fuego en Guatemala, comenzó hoy el retorno de los pobladores evacuados por la activación de la alerta roja (peligro máximo) en los municipios cercanos al cono.
Expertos del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh, precisaron este martes que los violentos retumbos aumentaron la noche del domingo y la madrugada de ayer, por lo que se procedió al traslado de más de cuatro mil personas hacia albergues temporales.
El Insivumeh mantuvo en todo momento la información, pues emitió dos boletines el sábado, cinco el domingo, y siete la víspera conforme aumentaba el peligro.
De acuerdo con el resumen divulgado hoy, la expulsión de ceniza alcanzó los siete mil metros sobre el nivel del mar y se dispersó entre 20 y 30 kilómetros de distancia.
Se apreció, particularmente, en las comunidades Panimaché II, Santa Sofía, Sangre de Cristo, Finca Palo Verde y San Pedro Yepocapa, las más próximas al volcán.
También llegó a los municipios de Mazatenango, San Bernardino, San Antonio, San Miguel Panán, Chicacao, San Juan Bautista, Santa Bárbara Río Bravo y Patulul, en el departamento de Suchitepéquez.
Asimismo, el cono expulsó columnas de lava de unos 500 metros sobre el cráter con descensos de flujos piroclásticos, una mezcla mortal de gases, ceniza y rocas ardientes, en los barrancos del oeste.
En esta ocasión, las cuatro cámaras donadas por el Gobierno de Estados Unidos junto con los sensores acomodados en el suelo transmitieron en tiempo real la erupción a los especialistas.
Aunque la actividad ha disminuido considerablemente, las autoridades aún mantienen la alerta ante la posible ocurrencia de remanentes de flujos de lava y para evitar imprudencias por parte de la población cercana a las faldas del volcán de Fuego.
En junio pasado, su tercera erupción causó 194 muertos, unos 240 desaparecidos y dejó 1,7 millones de damnificados.
Muchos de ellos viven actualmente en albergues de transición unifamiliares construidos en Escuintla y Alotenango, en espera de la realización de un proyecto de casas permanentes llamado La Dignidad, que avanza a ritmo muy lento.